Artículo sobre Quirón


Mientras hoy estaba en twitter vi que un astrólogo que sigo, colocó este hermoso artículo sobre Quirón en el portal de "astrólogos del mundo", su historia esta muy delicadamente explicada, y también nos enseña como podría influir en nuestro mundo inmediato:

"La injusticia de la vida es algo con lo que nos cuesta mucho trabajo reconciliarnos. Continuamente intentamos racionalizarla por medio de doctrinas y filosofías que puedan devolvernos la fe en la igualdad del univeso, mediante el convencimiento general de que el bien, acaba siendo recompensado en la próxima vida, si no lo es en la presente, y que el mal será finalmente castigado.

El mito griego de Quirón, al igual que el relato bíblico de Job, es una historia de dolor y de sufrimiento injusto que lejos de alentar nuestra ingenuidad, nos enseña que es posible que no exista razón alguna que justifique el sufrimiento injusto. Sin embargo puede que haya un significado en dicho sufrimiento, siempre que permitamos que el mismo, nos transforme desde adentro.

Dice la historia que en una cueva en lo alto de los nevados picos del Monte Pelión, vivía Quirón, el más anciano y sabio de los centauros: una raza misteriosa, de apariencia mitad caballo y mitad hombre. Estos centauros eran los hijos de Cronos, que tomó por la fuerza a una ninfa convirtiéndose en caballo, de allí que los descendientes de esa unión, fueran mitad animal y mitad seres divinos.

Mientras que los demás centauros eran salvajes e indómitos, Quirón era singular en su sabiduría, caballerosidad y era amistoso con los humanos. Poseía una rara habilidad con el arpa, y a menudo impartía consejos profundos en el lenguaje humano acompañado por la música dulce de su instrumento.

Desarrollo todos los secretos del conocimiento de hierbas y podía curar muchas enfermedades que la medicina humana no lograba aliviar; y también comprendía la sabiduría de las estrellas, enseñando el arte de la astrología.

Tan grande era su fama que muchos hijos de reyes eran confiados a su cuidado. Con él, estos jóvenes aprendían a temer a los dioses, a respetar a los ancianos y a ayudarse unos a otros en el dolor y la adversidad.

El anciano y sabio centauro, les enseñaba a componer música, a ejecutar danzas con gracia, a combatir, a boxear y a correr, a escalar las altas rocas y cazar bestias salvajes en los bosques montañosos. Aprendían a leer en el cielo los presagios y a hallar las plantas que podían servir de antídoto para las infecciones y el dolor.

Los jóvenes que Quirón educaba, aprendían a reír ante el peligro, a despreciar la pereza, la codicia, y a afrontar todo lo que se les presentara con valor y buen ánimo. Crecían fuertes y con destreza, con modestia y con bravura, y estaban aptos para gobernar por haber aprendido a obedecer.

Entre los mejores amigos de Quirón se encontraba el poderoso héroe Hércules. Este hombre gigantesco había estado luchando con un monstruo fabuloso conocido como la Hidra y, habiendo matado finalmente a la bestia, había sumergido algunas de sus flechas en su sangre venenosa para hacerlas todavía más letales.

De camino a visitar a su amigo Quirón, el héroe fue atacado por una tribu de centauros salvajes e indómitos. Se produjo entonces una gran batalla, en la Hércules luchó en solitario contra la horda de atacantes.

Al escuchar el fragor del combate, Quirón salió de su cueva y levantando sus manos en son de paz, se interpuso entre Hércules y un centauro a quien el héroe estaba apuntando con una flecha. Pero la flecha ya había sido lanzada y fue a clavarse de lleno en el muslo de Quirón.

Si hubiese sido totalmente animal o humano, Quirón hubiese muerto instantáneamente. Pero era semidivino, y el don de la vida eterna se convirtió enm una terrible carga para él.

La herida era mortal y el centauro se retiró gimiendo hacia el interior de su cueva. Este sabio curandero, no podía hallar ahora un antídoto para el veneno de la Hidra y poder curar aquel dolor lacerante. No tenía otra elección que seguir viviendo con ello, pues no podía morir como otras criaturas mortales.

El dolor le obligaba a probar muchos remedios, algunos de los cuales eran de gran valor para los que sufrían; pero ninguno de ellos pudo aliviar su propio sufrimiento.

Desesperado, Quirón rogó a Zeus, el rey de los dioses, que le permitiera morir. Este, apiadóse de él, le concedió entrar en los salones del inframundo como el resto de los mortales, liberando así con la muerte a Quirón, de aquel incesante sufrimiento.

Como vemos, este oscuro mito no es fácil de interpretar, ya que de principio, nos puede parecer muy injusto que una criatura como Quirón: sabia y civilizada , tuviera que sufrir simplemente porque se hallaba en el lugar equivocado, en el momento inadecuado.

Y es que cuando nos topamos con semejantes acontecimientos en el mundo moderno, nos llenan de rabia y de impotente perplejidad: “por qué tuvo que ocurrirle eso a alguien tan joven… tan amable… tan bueno? ¿por qué no le sucedió a alguien malo y despreciable?

Deseamos creer en la justicia de la vida, porque esta creencia hace que la vida parezca controlable: “si somos buenos, nos recompensan; entonces, todo lo que tenemos que hacer para ser recompensados, es: ser buenos”. Esto es simple y se halla bajo nuestro control.

Sin embargo no es sostenible cuando somos golpeados por un accidente que arruina una parte de nuestra vida tornándola insoportable. Las catástrofes colectivas, sean de origen humano como la guerra o la conmoción política, o bien causadas por la naturaleza como terremotos, sequías e inundaciones, nos enfrentan con la profunda injusticia de la vida a nivel global.

Por más que queramos creer en un cosmos justo, tarde o temprano nos enfrentaremos con el enigma del sufrimiento injusto. De esta manera, cuando sobreviene esta circunstancia, no tenemos otra opción sino la de sufrirla, tanto si nos la merecemos como si no.

Al comienzo, puede que culpemos a alguien o a algo, e intentemos aliviar nuestro infortunio hallando un escape al que poder echar la culpa. Culpamos a los padres, a la sociedad, al gobierno, a algún grupo minoritario o a cualquier otra cosa que tengamos al alcance, porque no podemos soportar una situación en la que la inculpación no sea lo apropiado.

La única respuesta posible, en ultimo caso, el la comprensión y la compasión. La palabra “compasión” se deriva de la raíz latina que significa “sufrir con”. El sufrimiento injusto lo compartimos todos y puede establecer un sentido profundo de relación con otros seres vivientes.

Aunque es posible que nunca descubramos una justificación para semejante dolor inmerecido, podemos vislumbrar su poder transformador final en la forma en que puede purificar y transformar el corazón humano.

Oculta en esta historia se encuentra la sugerencia de que existe un precio a pagar por intentar civilizar el lado salvaje de la naturaleza humana. Aunque este precio sea injusto sin lugar a dudas, el sacrificio es inevitable porque forma parte de la naturaleza de la vida.

Existe una necesidad de lucha entre el Ego conciente, simbolizado por Hércules, y las fuerzas instintivas en el interior de los seres humanos, simbolizadas por los centauros salvajes que no puede evitarse si queremos crear un mundo mejor para todos, aun y cuando la consecuencia, como se ha visto, sea el dolor inmerecido de nuestro lado sanador.

La muerte voluntaria de Quirón puede verse como un símbolo profundo: cambia su inmortalidad por el destino de las criaturas mortales. Podemos ver esta muerte como una transformación psicológica, como una aceptación interna de los límites humanos.

Solamente cuando pensamos que somos tan especiales que estamos exentos de las vicisitudes de la vida, no sufrimos el verdadero veneno de la herida de Quirón. Este veneno podemos comprenderlo como la amargura de un continuo y corrosivo resentimiento. Si esperamos estar protegidos de la vida, entonces nos volveremos amargados y llenos de veneno cuando descubramos que, después de todo, no somos tan especiales.

Cuando el sufrimiento injusto entra en nuestra vida, la inevitable reacción humana de: ¿por qué a mí? Puede que debamos sustituirla por la más sabia de ¿por qué no a mí?. Los dones de naturaleza inmortal de Quirón no lo protegen de la vida, como no lo harán nuestros propios dones ni tampoco nuestra elevada espiritualidad.

También nosotros tendremos que aceptar nuestros límites como mortales y sobrellevar una transformación interior, que nos permita reconciliarnos con la vida humana corriente.

Aunque el centauro sea una criatura fantástica, el mito de Quirón es en realidad un mito de la humanidad. Somos una mezcla de opuestos y de contradicciones, mitad bestiales y mitad divinos, con capacidad para una gran sabiduría y bondad, a la vez que, para el salvajismo y la brutalidad.

Los centauros salvajes con los que lucha Hércules están dentro de nosotros igual que lo esta la nobleza de Quirón. Los opuestos están inextricablemente vinculados en los seres humanos y nunca pueden quedar totalmente separados.

Por más sabios que seamos, tenemos la capacidad de comportarnos de manera salvaje los unos con los otros, y compartimos esta dualidad colectiva aun cuando, como personas, decidamos alinearnos con la luz.

Por consiguiente, todos podemos padecer dolores injustos, ya sean emocionales o físicos, y una vez heridos de esta forma nunca podremos recuperar nuestra inocencia.

Está en nosotros elegir el camino de curación de la compasión y de la aceptación de los límites como seres mortales en lugar de la persistente corrupción del resentimiento interno hacia la existencia. " Un arículo de Alí Centeno

Fuente: http://astrologosdelmundo.ning.com/profiles/blogs/el-centauro-quiron-arquetipo-del-curador-herido

Aqui coloco también esta fuente que me habla de Quirón en cada signo: http://astro-fabio.blogspot.com/2007/11/quirn-en-signos.html

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